Algunos datos
 
Nació en Celendín, en el barrio de Colpacucho, en una familia de honda raigambre huauqueña. Realizó sus estudios primarios en la Escuela Nº 85 y la secundaria en San Ramón de Cajamarca, en donde destacó como fino caricaturista y acertado retratista, impresionando ya con su destreza en el uso del lápiz y los pinceles.
Inquieto y pleno de fantasía creadora, vivió una existencia repleta de aventuras, desarrollando múltiples actividades, aparte de la de pintor: detective, profesor, periodista, conferencista político, músico exquisito, ejecutor de varios instrumentos y hasta -según confesión propia- "aprendiz de partero".
Recorrió el Perú, muchas veces a pie. Siguió la ruta del cronista Huamán Poma de Ayala y buscó los escenarios de la gesta de Túpac Amaru. Durante años residió en el barrio artístico de San Blas, en Cusco, donde se nutrió de indigenismo y compartió experiencias con otros artistas de la talla de Olave y Gonzáles Gamarra. Datan de esa época muchas de sus acuarelas que tienen un tema neoindigenista, obras de gran expresividad que demostraban que nadie como él tenía ese poder de síntesis que le permitía plasmar en pocas líneas de gran impacto  el dramatismo de una escena.
Siguiendo el sino atávico de todos los celendinos, y buscando su destino de artista, viajó por el mundo, por diversos países de Europa, Asia y del norte de África. "Un día vendí a precio de remate todos mis enseres y herramientas de trabajo y viajé a Europa...", confesó a Jorge Wilson Izquierdo, poeta y escritor celendino, muy amigo del artista. Pero de donde estuviera siempre volvió a su tierra, a intentar ayudar. Así, por ejemplo, consciente de los problemas que aquejaban a su pueblo, organizó múltiples campañas contra el alcoholismo que degradaba a la juventud, indignado por la incuria de las autoridades de entonces, que, como ahora, nada hacen por erradicar ese flagelo que azota a muchos hogares celendinos.
Como caminante recorrió diversas regiones de España, siguiendo la huella de Antonio Machado por Sevilla, Segovia y los tan cantados campos de Soria, siempre con los pinceles a cuestas, exponiendo en todos los pueblos que visitaba todo el exotismo de un país de maravilla, cuya nobleza y riqueza engrandeció a la España de los Habsburgo y los Borbón. En España fundo una familia y, durante algunos años, radicó en Palma de Mallorca, dedicado a la artesanía y a la acuarela, arte que dominó a la perfección.
Gran aficionado a la tauromaquia, en alguna ocasión tuvo la audacia de lanzarse como espontáneo en la plaza La Feliciana, regalándonos hermosos y osados lances taurinos que el público, emocionado, ovacionó.
Este inmenso artista murió en Lima en 1972, en un extraño accidente de tránsito, en circunstancias aún no esclarecidas. Su obra artística se encuentra esparcida en diversas colecciones de arte de todo el mundo.
ALFREDO ROCHA Z.
 
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